En el corazón de Buenos Aires se encuentra un monumento arquitectónico que ha sido objeto de admiración y asombro durante décadas. El majestuoso edificio Otto Wulff se ubica en una de las avenidas más transitadas de la ciudad, y su estilo es un verdadero tesoro para aquellos que aprecian la belleza y los detalles arquitectónicos.
Con un diseño que combina elementos del Jugendstil, la versión germana del art nouveau, así como rasgos renacentistas, neogóticos y eclécticos, este edificio es una excentricidad en el verdadero sentido de la palabra. El foco de atención esta puesto en las ocho figuras humanas, que parecen sostener el edificio con sus propias manos. Son atlantes, hombres esculpidos en hormigón armado que representan distintos oficios relacionados con la construcción. Desde el herrero hasta el escultor, cada uno de estos personajes se alza a cinco metros de altura y muestra rasgos de la población autóctona.
En la cima del edificio, dos torres con cúpula se elevan hacia el cielo, con
tejas cerámicas, cada una coronada por una aguja. Una de ellas lleva el sol en
su extremo, mientras que la otra, una corona. Se cree que estas torres
representan al emperador Francisco José y a su esposa,
Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach, así como a la alianza imperial
entre Austria y Hungría.
Con casi 60 metros de altura, en 1914 era uno de los
edificios más altos de Buenos Aires.
Desde su inauguración en 1914, este edificio ha sido un referente de la noble arquitectura porteña, repleta de bellísimos edificios de estilo, muchos con cúpulas, entre eclécticos, art noveau, art decó, monumentalista, etc, Su singularidad y mezcla de estilos, lo convierte en una verdadera joya del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires.
Por su enorme valor historico, y arquitectonico, se ha visto necesario incluirlo en el ambicioso programa de revitalización del casco histórico por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo, está siendo sometido a un imponente proceso de restauración con suma rigurosidad y detalle.
El arquitecto de origen danés, Morten F. Rønnow, fue el autor del diseño de este edificio de doce pisos, originalmente concebido para albergar oficinas a solicitud del visionario empresario Otto Wulff. Gracias al proceso de restauración, se han descubierto fascinantes detalles constructivos que nos hablan de las técnicas y materiales alternativos empleados en la época en que fue erigido esta magnífica torre.
El edificio Otto Wulff sorprende con su imponente presencia, a todo aquel que pasa frente a su fachada en la intersección de la Av Belgrano y la calle Perú. En la fachada del edificio, se pueden admirar diversas figuras y esculturas , entre ellas muchas encargadas al artista Franz Metzner. Cada figura y elemento de la fachada es único e irrepetible, lo que representa un verdadero desafío para la restauración, ya que no se pueden hacer moldes y replicarlos sin perder su esencia única e irrepetible.
La restauración es una tarea sumamente delicada, que requiere el exhaustivo relevamiento de cada detalle, para evitar errores históricos, lo cual desvirtuaría el trabajo profesional de todo el equipo .Además se están llevando a cabo trabajos de consolidación de balcones, así como también la limpieza de la fachada, para lograr el tono original que presentaba en su inauguración. Para la limpieza de los frentes y figuras alegóricas , como sus 8 atlantes gigantescos sosteniendo la estructura del edificio, y halcones con sus alas cerradas. Los cóndores miran uno para cada lado; y de los atlantes, seis representan a los oficios de la construcción y los otros dos tienen las caras de Wulff y Rønnow .Para su limpieza profunda, se utiliza un sistema de alta presión de agua, combinado con la acción de limpieza a través de cepillos, una tarea manual sumamente ardua y meticulosa, que además se realiza disponiendo de andamios de altura muy limitados en términos de espacio. El objetivo es eliminar cualquier rastro del tiempo y recuperar la textura y color que tenía en su momento de gloria en la decada del 20.
Las referencias basadas para el trabajo de restauración son las fotografías antiguas del edificio , como testimonio grafico del diseño original. Cada figura y elemento de la fachada es tratado con la mayor precisión, de manera que la restauración no sobrepase el diseño original, y pierda así todo su encanto.
A través de este majestuoso proyecto, la arquitecta a cargo de la obra,
Silvia Sánchez, y el subsecretario de Paisaje Urbano, Juan Vacas, han logrado entender la complejidad del diseño original diseñado por el
arquitecto Ronnon, considerando la importancia de cada uno de los mas de 300
elementos que componen la fachada.
La restauracion también considera esencial la
iluminacion integral de fachada del edificio, como parte de un todo, donde se destacan figuras humanas, los ocho
atlantes y condores, buscando crear no solo la mejor iluminación , sino que
responda a un diseño de escenificación que sea funcional al edificio en todos
sus matices.
La fecha tentativa de finalización del proyecto, es para mediados de mayo.
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